De farmacéutico a corredor, Philipp Ausserhofer relata su trayectoria en el ultra trail
Humilde y determinado, Philipp Ausserhofer es una estrella emergente del ultra trail. Nacido y criado en el Valle Aurina, se enamora de las carreras por montaña hasta convertirlas en una pasión. Philipp sueña en grande, su objetivo es ahora el Ultra Trail du Mont Blanc (UTMB).
QUIEN ES PHILIPP AUSSERHOFER
Con una dulce sonrisa y una tímida mirada, su rostro cambia de expresión cuando ve los senderos de montaña. Enseguida le llama la curiosidad, el deseo de descubrir qué se esconde más allá de la colina que aparece en el horizonte. Philipp Ausserhofer se emociona cada vez que tiene la oportunidad de vivir una nueva aventura. Un encuentro inesperado revela que este joven corredor de trail, que ha crecido entre los prados y las laderas del Valle Aurina, es un motivador frenético, hiperactivo, siempre dispuesto a la acción y lleno de positividad.
Humilde, pero ambicioso, Philipp Ausserhofer es hoy una estrella emergente del ultra trail, la disciplina de carreras por montaña que cubre largas distancias con miles de metros de desnivel. De día y de noche, bajo el sol y la lluvia, desafiando los propios límites físicos y mentales, persiguiendo un sueño aparentemente imposible de alcanzar.
CONOZCAMOS MEJOR A PHILIPP
Soy alguien que busca realizar sus propios sueños y seguir su propio camino, ir por su propia senda. En el trail running, como en la vida, siempre elijo objetivos difíciles de alcanzar porque he llegado a comprender que si algo es fácil de conseguir no me interesa.
Siempre he seguido la filosofía de «All in or Nothing». Todo o nada. En la escuela, en el deporte, en el trabajo. También he elegido estudiar Farmacia, cuando tal vez podía haberme planteado otra carrera universitaria menos difícil.
¿Qué consejo darías hoy a los que quieren iniciarse en el ultra trail?
Creo que el consejo más importante que se puede dar es tener paciencia. Tener paciencia con el cuerpo, pero también con el proceso que lleva a las carreras de larga distancia. Hay que aprender a afrontar los diferentes aspectos que componen el mundo del ultra trail: entrenamiento, preparación mental, nutrición, equipación. Son muchas piezas que tienen que encajar.
Hay que empezar poco a poco, el cuerpo y la mente necesitan adaptarse a las largas distancias. Luego, creo que este es el error más común, no se puede ni se debe correr un ultra trail todos los meses.
Farmacia es una carrera que no es solamente exigente, requiere también pasión. Como deportista y amante de la montaña, ¿cómo llegas a tomar esta decisión?
Sí, ambas disciplinas requieren pasión y trabajo duro para poder practicarlas con éxito.
Mi pasión por la farmacia tiene sus raíces en mi familia. Mi madre y mi tía son farmacéuticas, así que he crecido escuchando sus historias. Siempre me ha fascinado su pasión por esta profesión, su capacidad de ayudar a las personas y sus amplios conocimientos. El hecho de que mi madre no terminara sus estudios también puede haber influido. Yo fui un obstáculo, estaba en su vientre (risas).
Creo que muchas veces a la hora de elegir una carrera, nos dejamos influenciar por el entorno más cercano, o intentamos imitarlo o, en mi caso, completarlo. Aunque nunca me condicionaron, al contrario. Estoy orgulloso de haberlo conseguido, pero ahora quiero dedicarme a mi verdadera vocación, el trail running. Y sí, tengo que decir que correr es probablemente lo primero que he hecho para mi mismo.
No solo trail, sino ultra trail...
Los ultra trails son mi verdadera motivación. Carreras difíciles y agotadoras, sensaciones que he podido vivir en primera persona. Y no me arrepiento, al contrario. Ha sido como encontrar mi camino, ese lugar donde me siento bien. Incluso diría que me he encontrado a mí mismo corriendo.
¿Qué edad tenías cuando empezaste a correr?
Es difícil precisar el momento exacto. He crecido en el Valle Aurina, en un pequeño pueblo rodeado de montañas. Mi familia me llevó allí y me permitió aprender a moverme por la montaña y a conocer sus peligros de una manera divertida. Así ha sido.
Las montañas siempre han sido un pilar de mi vida. Más tarde, tal vez a los 14 o 15 años, empezaron mis aventuras. Salía a explorar, pero también a encontrar respuestas, a encontrar mi camino. Fue un periodo difícil de mi vida, y las montañas me dieron apoyo. Allí arriba, tenía la sensación de encontrar respuestas a las preguntas que atormentaban mi mente. Las montañas me ayudaron a reencontrarme. En aquel momento me sentía solo, aunque en realidad no lo estaba. Nunca lo he estado, tengo una gran familia a mi lado.
En la montaña me sentía como en casa, era mi constante. Todavía no tenía intención de competir, quería solo descubrir. Primero los senderos, luego las primeras cumbres y después conectarlos con pequeños proyectos personales. En un momento dado, empecé incluso a experimentar con algunas escaladas. Luego, en 2018, me inscribí en mi primera carrera, principalmente por la insistencia de los amigos. Nunca pensé que este podría ser mi mundo: Me sentía demasiado débil para correr, sin la confianza suficiente para competir contra rivales y contra el reloj. En 2020, sin embargo, me inscribí en una carrera de ultra trail para intentar superar mis límites. Podía haber sido mi deporte...
¿Fue amor a primera vista?
Lo recuerdo como si fuera ayer. Quizá fue amor a primera vista, aunque sufrí mucho. Pero enseguida me di cuenta de que el sufrimiento merecía la pena. Mi primera carrera fue la Pitztal Alpine Glacier Trail (PAGT), en Austria: 106 kilómetros y 6 000 metros de desnivel, muy técnica. Incluso para mi primera carrera elegí una de las más duras, al menos en mi zona. Justo como me gusta [risas].
Pero hoy sueñas con el UTMB...
No podía ser de otra manera. Con las historias míticas del UTMB, me sumergí en el mundo del ultra trail con el deseo de ponerme a prueba con los mejores del mundo. Están todos ahí y, como deportista, si quieres aspirar a objetivos importantes, tienes que dirigir la vista a Chamonix.
Sé que no es la carrera perfecta para mí. Me gustan las carreras técnicas, en entornos difíciles, mientras que aquí es principalmente una cuestión de resistencia. En realidad, sería posible correr en un recorrido técnico, pero han decidido optar por los senderos y caminos forestales que son relativamente fáciles de recorrer. Desafortunadamente, el deporte avanza cada vez más en esta dirección. Si quieres participar en el juego, tienes que aceptarlo y trabajar en tus puntos débiles. Para mí, el UTMB es el Wimbledon del trail running, es ahí donde todo está en juego.
A veces, es difícil aventurarse, ¿verdad?
Claro que sí. Pero, por otro lado, me encanta la sensación que tengo cuando estoy luchando, cuando me enfrento a algo difícil o cuando sé que no soy el mejor ni el más fuerte. Por supuesto que quiero ser uno de los mejores, pero para lograrlo tengo que darlo todo. Esto también forma parte del atractivo de los ultra trails, sin olvidar que solo tienes pocas oportunidades de dar lo mejor de ti mismo y de demostrar de lo que eres capaz. Tres o cuatro veces al año, y cuando llegan, tienes que estar preparado. Es un «all in» y no puedes esconderte.
Cuando se habla de ultra trail, lo primero en lo que piensa la mayoría de la gente es en los kilómetros y en el desnivel. ¿En qué piensas tú?
Para mí, el ultra trail no es solo una disciplina de las carreras por montaña, significa mucho más que correr cientos de kilómetros y miles de metros de desnivel. Para mí, estas carreras son como una metáfora de la vida.
Intentaré explicarme: imagina el perfil de un ultra trail con todas las subidas y bajadas. Ahora traslada a tu mente el recorrido del mapa. Correr un ultra trail significa hacer frente a las subidas y a las bajadas que se alternan constantemente, como los altibajos de la vida misma. Es como morir para volver a nacer. Este aspecto me fascina enormemente porque te obliga a luchar para encontrar el equilibrio emocional. Para llegar a la meta, tienes que mantener el equilibrio. Tienes que aprender a no subestimar ni las subidas ni las bajadas.
Hoy eres un deportista del equipo Karpos, ¿qué os une?
Karpos es una gran familia en la que me siento mimado y escuchado. Es una familia a la que quería, y sigo queriendo, pertenecer. Tenemos la misma manera de trabajar, escuchando los consejos de los demás y, sobre todo, de forma centrada y genuinamente motivada, persiguiendo objetivos comunes. Ambos sabemos de dónde venimos, pero sobre todo sabemos de lo que somos capaces.