VIAJE AL CENTRO DE LA TIERRA
Su palmarés habla claro: ¡es la mejor en hielo! Nacida en Alto Adige, acumula tres títulos mundiales y dos Copas del Mundo en escalada en hielo. Licenciada en Ciencias Agronómicas, Angelika Rainer siente una verdadera pasión por la montaña que va más allá de las competiciones. Pero Angelika Rainer no se limita solo a los resultados y a las clasificaciones. Su pasión le lleva a la búsqueda de las vías de escalada en hielo, en mixto y en drytooling más fascinantes y exigentes del mundo. Desde A Line Above The Sky, que la consagra como la primera mujer en escalar un grado D15, hasta la primera repetición en libre femenina de Italia 61, en Piz Ciavazes, con la que se convierte en la primera mujer en escalar esta vía.
Islandia, la tierra de hielo. ¿La has visto alguna vez desde el avión? Cuando los rayos del sol poniente caen sobre su superficie, brilla de un color rosa mágico. Una tierra preciosa donde aún puedes sentir el poder de los elementos. Aquí, la naturaleza te asalta con su exuberancia. Te regala la emoción de una aventura a las fronteras del mundo conocido.
A trescientos cuarenta kilómetros de Reykjavik, la capital del país, se encuentra el Parque Nacional Vatnajökull, la capa de hielo más grande de Europa con sus 8 100 kilómetros cuadrados de superficie. Estamos hablando del cuarto campo glaciar más grande del mundo, después del casquete polar antártico, el casquete glaciar de Groenlandia y el Campo de Hielo Patagónico Sur.
Una enorme superficie sobre la que se asientan increíbles escenarios glaciares que ofrecen múltiples posibilidades a los amantes de la escalada en hielo, como las clásicas cascadas, las cuevas y los famosos molinos glaciares, grandes ejes en forma de pozos verticales que se adentran en las profundidades del glaciar y que solo se pueden escalar en verano.
Los molinos suelen formarse en las zonas planas de los glaciares, debido al agua que se filtra en profundidad a través de las grietas. Existen de todos los tamaños, los más grandes descienden hacia la base del glaciar por cientos de metros y algunos alcanzan la roca de la base. Ofrecen una oportunidad muy rara para escalar en un entorno único. Se tiene que hacer rápel hasta el fondo y luego regresar a la superficie escalando con piolet y crampones. De la fría oscuridad del hielo a la luz de la vida… ¡qué emoción tan increíble!
Como no son accesibles en invierno, debido a la nieve que los cubre, optamos por hacer nuestro recorrido en otoño, la mejor época para descender a este mundo vertical. Lo descubrimos gracias a Matteo Meucci, un amigo italiano que vive y trabaja como guía en Islandia desde hace 7 años.
VIAJE AL CENTRO DE LA TIERRA
Cuando aterrizamos, Matteo nos describe inmediatamente el programa. Quiere que estemos preparados antes de llevarnos a los molinos glaciares y ha decidido organizar varias jornadas centradas en el mundo vertical y la escalada. Parece casi un curso de preparación para ayudarnos a conocer Islandia antes de ir a explorar la más icónica de las experiencias que se viven aquí, en el extremo norte.
El primer día nos quedamos cerca de la capital, Reykjavik. Nos lleva a un pequeño acantilado para escalada drytooling con vistas al mar. Él mismo lo ha equipado y ofrece muchos largos de dificultad intermedia en los que recuperamos la confianza después del largo viaje. Cuando despertamos al día siguiente, nos damos cuenta de que ha sido una espera llena de emociones. Nos embarcamos en un largo viaje hacia la ciudad de Vik al este, pensando solamente en los molinos. Encontrarlos no es difícil, como descubrimos con la experiencia. Después de un comienzo suave, las paredes descienden verticalmente hacia las profundidades del glaciar, llegando hasta los 70 metros. Cuevas oscuras en las que escalamos con la luz de nuestros frontales viviendo una experiencia surrealista. Lo recuerdo como si fuera ayer: el sonido de mi respiración, la sensación de estar en un ambiente cerrado. El frío durante el rápel a ese lugar desconocido y misterioso. Un subidón de adrenalina seguido de la sensación tranquilizadora de los crampones sobre el hielo y el agarre seguro de los piolets.
Como las cascadas heladas, los molinos son también únicos y efímeros. Tienen formas y estructuras que los distinguen y que determinan el tipo de escalada que es posible en sus superficies verticales. Son frágiles y fugaces... efímeros como sólo el hielo puede serlo. En el glaciar Vatnajökull encontramos las formaciones más intrigantes. Un molino blanco, ligeramente estriado, como si estuviera tallado en el mármol. Otro es tan transparente que se puede ver entrar el filo del tornillo de hielo. El más extraño es de color negro azabache, coloreado por la ceniza volcánica atrapada por el agua sólida. Descubrir estas cuevas es vivir la experiencia de un viaje al centro de la Tierra, siguiendo los pasos de Julio Verne.
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EL MOLINO GLACIAR DESAPARECIDO
«¡Imposible!», dice Matteo con una sonrisa cuando le preguntamos por un molino glaciar específico. «Ha desaparecido». Por un momento no entendemos nada, tenemos fotos y videos. Es así como descubrimos estas formaciones y la posibilidad de practicar una modalidad tan exótica como la escalada en hielo. «En esta zona, el glaciar ha retrocedido decenas de metros, llevándose también la cueva». Aquí, la naturaleza efímera del hielo se manifiesta ante nuestros ojos de la manera más dura posible, bajo el impacto de la crisis climática. Era el molino con el que habíamos estado soñando desde que partimos, el que habíamos estudiado minuciosamente observando videos y fotos de una expedición norteamericana. Han pasado cinco años desde aquella expedición y donde antes había un vasto y espeso glaciar, hoy queda solo roca.
Los glaciares de Islandia se están retirando a un ritmo tremendo desde el año 2 000, sufriendo una pérdida de volumen que se encuentra entre las más altas del mundo. Pierden decenas de metros al año y, debido a que la mayoría de los lugares que hemos escalado están en la cara sur de los glaciares, es probable que el próximo año se transformen por completo o desaparezcan. Cuando observas un fenómeno de este tipo con tus propios ojos, no puedes evitar preguntarte acerca de tus acciones y qué puedes hacer para contrarrestarlo. Viajar de forma ecológicamente responsable, tratando de tener el mínimo impacto en el medio ambiente es, sin duda, uno de esos objetivos en los que piensas cuando vas a un lugar lejano y aislado como Islandia. Después de todo, los grandes cambios comienzan con pequeñas acciones. Depende de nosotros notar el cambio y tomar nuevos caminos.
La naturaleza efímera del hielo se manifiesta ante nuestros ojos de la manera más dura posible, bajo el impacto de la crisis climática. Era el molino con el que habíamos estado soñando desde que partimos, el que habíamos estudiado minuciosamente observando videos y fotos de una expedición norteamericana. Han pasado cinco años desde aquella expedición y donde antes había un vasto y espeso glaciar, hoy queda solo roca. Los glaciares de Islandia se están retirando a un ritmo tremendo desde el año 2 000, sufriendo una pérdida de volumen que se encuentra entre las más altas del mundo.