Tiene solo seis años cuando empieza a asistir a sus primeros cursos de escalada en bloque. Cuando es más pequeña, Caroline escala todas las superficies verticales que tiene al alcance: árboles, paredes, rocas e ¡incluso su cuna!. Los espacios al aire libre y las rocas son la fuente de sus más grandes aspiraciones, pero Caroline no se opone a realizar sesiones indoor.

La escalada representa para ella un campo de juego infinito y la roca siempre tiene nuevos matices que ofrecer y nuevos enigmas que descifrar. De aquí, el deseo de practicar la escalada al aire libre en todas sus formas, desde la escalada en bloque a la escalada tradicional. Esta pasión es la base de sus éxitos. Por ejemplo, la primera ascensión femenina de «El Topo», en las Gorges du Verdon, una pared de 300 m con una secuencia 8a en el decimotercer largo, así como otras vías multipitch con grado 8 o superior, o también «El sendero luminoso», en Méjico, una pared de 600 m con dificultades de hasta 7c que consigue escalar en un solo día. Le gusta escalar grandes paredes como las anteriormente citadas, así como intentar superar sus propios límites. Caroline ha completado numerosas vías 8b+ al ensayo y otras tantas vías 8a a vista en diferentes lugares del mundo.