SOBREVIVIR EN UN DESIERTO DE HIELO
Las consecuencias del derretimiento de los glaciares son particularmente evidentes en las regiones del Himalaya, donde se ha escrito gran parte de la historia del alpinismo moderno. Entre los picos más altos del mundo, la supervivencia de las pequeñas comunidades locales se ve seriamente puesta a prueba por la limitada disponibilidad de agua que, en determinadas épocas del año, se convierte en una grave crisis hídrica.
Esta situación es la que están viviendo los Ladakhis, los 20 000 habitantes del frío desierto de Zanskar (Ladakh) que, a pesar de los problemas vinculados a la crisis climática, siguen luchando para no tener que abandonar su tierra y su cultura. Una historia de resiliencia documentada por Angelica Pastorella, antropóloga e investigadora de la Universidad Ca' Foscari di Venezia que, con el apoyo de Karpos, trabaja para concienciar a los amantes de la montaña y sensibilizar sobre la necesidad de encontrar soluciones para adaptarse al fenómeno de la desertificación.
Un problema que no se limita a las poblaciones transhimalayas sino que, en un futuro próximo, está destinado a extenderse a todo el planeta. Es importante recordar que en 2020 los expertos estimaron que el 25 % de la población mundial, alrededor de 2 mil millones de personas, dependía del agua conectada a 78 cuencas de drenaje que se originaban en montañas o cadenas montañosas. Las consecuencias de una desertificación de las zonas montañosas son evidentes.
Uno de los objetivos de Help the Mountains es ayudar a proteger a las comunidades montañesas que mantienen el patrimonio cultural y económico de las zonas de altura. Para Karpos, apoyar este proyecto significa también contribuir a la supervivencia de las poblaciones que se encuentran en la misma situación que los Ladakhis.
EL VALLE DE ZANSKAR, DONDE EL AGUA ES EL ORIGEN DE TODO
«Chhu Med» significa sin agua. Estas son las palabras que resuenan entre las fuertes ráfagas de viento en el Valle de Zanskar, un desierto frío y árido ubicado entre los 3 500 y 5 000 metros de altitud. Aquí, el retroceso de los glaciares ha provocado una situación de extrema sequía, como lo demuestran las consecuencias del derretimiento de los glaciares Drang Drung y Parkachik, que continúa a un ritmo alarmante.
Todo el valle recibe menos de 100 mm de lluvia al año y muchas comunidades no pueden disponer de agua potable. Quienes viven en estas tierras se ven obligados a abandonar la agricultura y la ganadería. Al renunciar a su principal medio de subsistencia, los habitantes de la región corren el riesgo de convertirse en refugiados climáticos. Si bien la reciente transformación socioeconómica de Ladakh, basada en el turismo, ofrece una oportunidad de crecimiento para la región, corre también el riesgo de agravar la situación ambiental y borrar los aspectos más interesantes de la cultura regional.
Ladakh es la cuna de la religión budista, donde la relación entre el hombre y los elementos naturales es particularmente fuerte. Para los habitantes de Ladakh, el agua es el origen de las formas de vida y es el lugar de encuentro con las divinidades Lu que, según su creencia, habitan en los manantiales y zonas pantanosas. En particular, los habitantes de la región creen que estas divinidades podrían enviarles enfermedades y desastres naturales si las vías fluviales se contaminaran.
Factores religiosos y culturales explican la resiliencia de las comunidades indígenas, no están dispuestas a dejar la tierra de sus ancestros y no pierden la fe en un futuro rico de agua. La cultura del pueblo Ladakhi parece muy diferente de la occidental, pero enseña la importancia de vivir en armonía con la naturaleza y, por lo tanto, debe ser preservada.
«Este patrimonio no se puede perder. Quizás los occidentales hayamos perdido este estrecho vínculo con la naturaleza, pero aquí todavía es posible mantenerlo. No podemos ignorar la importancia del Tercer Polo, el Himalaya. Es la cuenca hidrográfica más importante de Asia. El agua, la vida, se origina en Ladakh. La cultura Ladakhi, en la que no existe separación entre el hombre y la naturaleza, es fuente de inspiración para todo el mundo. ¡Los habitantes de Ladakh son las primeras víctimas de la crisis climática y no podemos abandonarlos!»
Angélica Pastorella – antropóloga y etnógrafa
UN ALMACÉN DE HIELO COMO POSIBLE SOLUCIÓN
En Ladakh, los inviernos son largos y fríos, con temperaturas que pueden alcanzar hasta los 25 grados bajo cero. Los veranos, en cambio, son secos y con temperaturas altas que oscilan entre los 20 y 25 grados. Por lo tanto, hay una gran diferencia térmica entre las dos estaciones que, además de acelerar el derretimiento de los glaciares, imposibilita disponer de agua de forma continua. En mayo, con el aumento de las temperaturas, el retroceso de los hielos provoca un exceso de agua que, muchas veces, provoca inundaciones y posteriormente sequías. Por este motivo, la población local ha trabajado arduamente para encontrar una solución que les permita tener suministro de agua durante todo el año, incluso en los meses más calurosos.
Como parte de su investigación, Angelica ha documentado la construcción de “glaciares artificiales”, verdaderas reservas de hielo para el verano, analizando el impacto que estos pueden tener para contrarrestar la crisis climática en Ladakh. Ha documentado tres ingeniosas formas de almacenamiento. El «cultivo de hielo» es la primera técnica que se ha introducido históricamente. En práctica, el agua del glaciar se conduce a través de tuberías hasta una estructura de piedra colocada en una zona umbría. De esta forma, se almacena durante el invierno y se libera en primavera, cuando aumentan las necesidades de riego.
Todas estas soluciones solo pueden implementarse en entornos morfológicamente adecuados y en presencia de un glaciar natural del que se origina el agua, como Ladakh. Lo que parece claro de inmediato es que se trata de soluciones paliativas, útiles para abordar un problema que en los últimos años parece haberse acelerado.
Sin embargo, la investigación científica continúa todos los días en busca de nuevas soluciones y nuevas adaptaciones para mejorar las condiciones de vida de la población de Ladakh y proteger a los últimos residentes resilientes de esta hermosa tierra de tener que ceder a los efectos de la crisis climática. Las importantes inversiones en investigación han dado como resultado soluciones y tecnologías innovadoras que potencialmente pueden ofrecer una contribución útil para combatir los cambios que se están produciendo actualmente.