Tête de Gondole

Route name: Tête de Gondole

Location: Boffi cliff, Millau, France

Route grade: 8b+

Route type: single-pitch

Route opener: Ivan Sorro

Mi historia con Tête de Gondole empieza en el 2008 durante el Petzl RocTrip.

En esa época tenía 18 años, escalaba vías de 7c/+ y recuerdo que la mayoría de las estrellas femeninas intentaban escalar esta increíble vía. Verlas escalar era como soñar con los ojos abiertos. En esos tiempos, esta vía me parecía inaccesible, pero sentía que el deseo de poderla conquistar estaba poco a poco creciendo dentro de mí.

Tête de Gondole es un pilar que conecta la cara oeste con la cara sur de la Falaise du Boffi, cerca de Millau. Cuando brilla el sol, la cresta se define y toma forma por encima de Les Gorges de la Dourbie, haciéndose imponente y majestuosa.

Se trata de una vía visible desde varios quilómetros de distancia en la carretera que baja de Les Causses, ¡y, enseguida, te dan ganas de escalarla! Afortunadamente, era una suerte que hubieran bastantes presas para poder escalarla.

Después de mucho tiempo, en el mes de abril del 2021, volví para intentar escalar esta vía impresionante.

Como suele pasar a menudo, ¡la cosa más difícil era tomar la decisión de escalarla! Durante mucho tiempo, nadie había escalado esta vía. El musgo cubría la roca, había pocas huellas de paso que pudiesen indicar las presas a utilizar y la dirección que tenía que tomar no era fácil de individuar. De hecho, me caí a dos cintas exprés de la reunión, justo donde está el paso clave de la vía.

Al día siguiente, pasé por la parte superior, bajé por una cuerda estática para cepillar las presas, sacar el musgo y estudiar los movimientos. Los movimientos que imaginé funcionaban todos, pero me faltaba uno. Al día siguiente decidí llamar a un amigo, Pierre Soulé, que resolvió mi problema dándome la respuesta que estaba buscando: un empotramiento de pantorrilla detrás de la cresta. ¡Obviamente, no lo había pensado! Empecé a escalar, pero me caía casi siempre en los últimos movimientos. Al cuarto día de intentos, me caí con las manos ya en la última presa. ¡No conseguía entender cómo no era capaz de agarrar una presa tan grande!

Me dije a mi misma que, en el intento sucesivo, cuando las temperaturas hubiesen sido más bajas, habría conseguido cerrar la vía...

Una semana después, tuve a disposición tres días para volver a este maravilloso lugar, a pesar de que las predicciones meteorológicas eran inciertas. Confiaba en mí misma, pero, a pesar de todo, me caí otras 2 veces con las manos que tocaban esta última enorme presa. Sabía que me faltaba algo, que no era una cuestión ligada a las altas temperaturas de esos días. Tenía que utilizar 4 dedos en cambio de 3 en la penúltima presa, pero no era tan fácil. En efecto, al principio seguía cayéndome en el intento de corregir este pequeño detalle...

El último día, después de otras tres caídas en los últimos movimientos, conseguí, por fin, posicionar bien los dedos y fue mi fuerza de voluntad la que me permitió concluir la vía agarrando la presa final.

Fue el sueño de mi juventud lo que me empujó a intentar escalar esta vía y, gracias al deseo de concluir este proyecto y a mi determinación, ¡lo conseguí!