Bajan las temperaturas y aumentan las ganas de sacar los esquís y el material para practicar esquí de montaña. Las montañas se tiñen de blanco y las pistas se transforman en superficies lisas e inmaculadas donde poder trazar el giro perfecto. Ya podemos imaginar la sensación de la nieve polvo bajo los esquís, el esfuerzo de la subida y la adrenalina de la bajada.
Pero, ¿cómo nos preparamos para nuestra salida? ¿Qué mochila elegimos y qué ponemos dentro para tener todo lo que necesitamos y nada más, para no tener que cargar con peso innecesario en las subidas? Los expertos ya tendrán su propia estrategia en mente, pero los que acaban de iniciarse en el esquí de montaña quizás no sepan exactamente qué llevarse.
Aquí tienes los 9 imprescindibles para practicar esquí de montaña:
3. Botiquín de primeros auxilios
4. Prenda interior de repuesto
1. Mochila
Antes de pensar en llenarla, es importante elegir la mochila adecuada para nuestra salida de esquí de montaña. Una buena mochila marca la diferencia, sobre todo a la hora de esquiar fuera de pista.
Hoy en día existen en el mercado muchos tipos de mochilas diseñadas específicamente para el esquí de montaña. Disponen de un bolsillo especial para la pala y la sonda, así como de anclajes específicos para los esquís que son imprescindibles para facilitar su transporte en los tramos técnicos y de alpinismo. En los últimos años, se han impuesto en el mercado mochilas especiales con sistema de airbag, un accesorio para mantenerte en la superficie en caso de avalancha.
Para una salida de un día, el volumen ideal oscila entre los 28 y los 30 litros, dejando siempre un espacio vacío para guardar las prendas que llevas por la mañana. Durante la subida haces esfuerzo y sudas, por lo que, especialmente en los días soleados, es posible que tengas que quitarte algunas capas exteriores.
2. ARVA, pala y sonda
3. Botiquín de primeros auxilios
4. Prenda interior de repuesto
La regla básica a la hora de realizar actividades aeróbicas, especialmente en invierno, es llevar una capa base que facilite la evacuación de la humedad de la piel permitiendo así que el cuerpo se mantenga siempre seco. Esto es fundamental para evitar el congelamiento.
La opción ideal es una capa interior de lana merina, una materia prima que tiene la capacidad de aislar tanto del frío como del calor. La lana merina presenta propiedades únicas, como la capacidad de retener el calor incluso en condiciones de humedad.
Tiene también propiedades antibacterianas y garantiza el control de los olores. Además, es suave en contacto con la piel y protege de los rayos UV, al mismo tiempo que ofrece elevado aislamiento térmico y transpirabilidad.
Como alternativa a la lana, puedes optar por una prenda interior de repuesto fabricada con materiales sintéticos que ofrecen una buena relación calidez-peso y una excelente capacidad de secado.
De todos modos, durante una salida de esquí de montaña, es fundamental llevar prendas interiores de repuesto para casos de emergencia.
5. Accesorios de repuesto
En invierno, incluso un pequeño imprevisto puede convertirse en un problema difícil de resolver. Encontrarse, por ejemplo, con el cuerpo empapado puede convertir un bonito día en una pesadilla e incluso en una situación peligrosa.
Un par de guantes y un gorro de más, así como un par de calcetines, pueden resultar esenciales en caso de necesidad. Todo ello sin que la mochila resulte demasiado pesada.
6. Espacio para las capas exteriores
Puede parecer trivial, pero es importante dejar siempre un pequeño espacio libre para poner la ropa técnica durante la salida. Cuando empiezas a esquiar, por la mañana temprano, te pones muchas prendas (siguiendo la regla fundamental de vestirse por capas) para protegerte del frío, como una chaqueta térmica de plumón, una segunda capa y, posiblemente, una prenda impermeable y un sobrepantalón. Después, con el esfuerzo, la temperatura corporal aumenta y te vas quitando capas. Esto es también importante para permitir la transpirabilidad y mantener el cuerpo siempre fresco y seco. Si no tienes espacio libre en la mochila, corres el riesgo de no poder quitarte nada y, desde luego, no sería una situación agradable.
7. Comida y agua
Reponer las calorías quemadas durante la subida es fundamental para disfrutar plenamente de la salida sin tener problemas y sin encontrarnos a mitad de camino sin fuerzas para continuar o dar la vuelta. Por esto es importante acordarse de poner en la mochila un bocadillo, unas barritas energéticas, alguna pieza de fruta o un poco de miel para reponer fuerzas.
Del mismo modo, es importante llevar un bidón con agua o un termo con té caliente. En invierno, es frecuente tener menos sed, pero es necesario beber para mantenerse hidratado y compensar la pérdida de líquidos.
8. Protección solar
Incluso en invierno, la radiación del sol es intensa. Por esto es importante llevar siempre protección solar SFP 50 y unas buenas gafas de sol adecuadas para la alta montaña.
Las gafas de sol son imprescindibles para proteger los ojos del deslumbramiento provocado por la nieve, ya que de lo contrario se corre el riesgo de padecer ceguera de la nieve. Una patología visual provocada por los rayos UV que se reflejan en el hielo y en la nieve cuando no contamos con la protección adecuada.
9. Crampones y piolet
Dependiendo de la salida y del tipo de condiciones, puede que necesites añadir a tu mochila unos crampones automáticos, para poder utilizarlos fácilmente con las botas de esquí, y un piolet para afrontar cualquier tramo de hielo.
Conclusión
Hemos visto cómo preparar la mochila para practicar esquí de montaña con todo lo necesario para una salida, empezando por el equipo básico de seguridad (ARVA, pala y sonda).
Sin olvidar, evidentemente, las prendas interiores y las capas exteriores necesarias para mantener el cuerpo seco y para poder cambiarte en caso de imprevistos.
También, comida y agua para mantenerte hidratado y poder reponer fuerzas tras el esfuerzo de la subida y la bajada.
Después, gafas de sol y protección solar y, en función de las características técnicas de la ruta elegida, crampones y piolet. Todo ello sin olvidar de dejar un pequeño espacio vacío para guardar las prendas con las que se empieza. Porque la subida calienta el cuerpo, y rápidamente.