Cuando uno oye la palabra skyrunning piensa inmediatamente en el Trofeo Kima. Desde 1995, el recorrido que serpentea por crestas y morrenas a lo largo de los siete pasos de montaña de Val Masino se ha convertido en el símbolo internacional de esta disciplina. A lo largo de 52 km con un desnivel total de 8400 m, los deportistas compiten por el título del mejor del mundo. Una auténtica batalla en medio de los panoramas del «Yosemite europeo», con tramos altamente técnicos, piernas maltrechas y miradas tensas, pero felices. 
 
Una carrera de fama mundial con deportistas de fama mundial. Basta con leer los nombres de quienes, a lo largo de los años, se han ganado un lugar en el palmarés para darse cuenta de ello. Desde Fabio Meraldi hasta el pluricampeón Kilian Jornet en la categoría masculina, desde Hillary Gerardi hasta Corinne Favre en la categoría femenina.
Para muchos, el Trofeo Kima es la carrera de sus sueños: poder llevar uno de los 300 dorsales disponibles significa formar parte de la élite. Para los aficionados que animan a los corredores mientras ascienden hasta casi los 3000 metros de altitud, es la llamada de la pasión, del paisaje que se extiende hacia Sondrio, del contraste entre la blancura de la roca y el azul claro del cielo de finales de agosto.
 
El recorrido original ha sido ideado por un grupo de amigos en memoria de su amigo y rescatador de montaña Pierangelo Marchetti, conocido como «Kima», al cual se han unido a lo largo de los años tres versiones más cortas para dar a los más jóvenes la oportunidad de experimentar tramos del Sentiero Roma. Con el sueño de correr algún día junto a los grandes del skyrunning.