PIERRA MENTA
PIERRA MENTA 2023 - THE MOVIE
PIERRA MENTA
Más de 600 participantes, 4 días, 10 000 metros de desnivel. Dicen que la Pierra Menta es el Tour de France del esquí de montaña. En las montañas de Arêches-Beaufort (Saboya, Francia), donde cada año se celebra la carrera, el sudor y el esfuerzo se combinan con la alegría y el placer de los esquiadores de montaña. Participar en la Pierra Menta significa estar entre la élite del esquí de montaña. Con su formato, inalterado desde el año de su nacimiento, sigue inspirando a los deportistas más fuertes de todo el mundo que se entrenan todo un año para preparar este desafío que puede definirse como uno de los principales objetivos de la temporada. El recorrido de la carrera, que forma parte del circuito de la Grande Course, es único e inimitable, y exige resistencia en las subidas y una técnica impecable en las bajadas.
La Pierra, como la conocen los aficionados, es única. Es la mezcla perfecta de competición, fatiga, entusiasmo y ambiente festivo. Miles de espectadores acuden cada año a la pequeña localidad de Arêches para vivir, junto con los campeones del esquí de montaña, un acontecimiento que es mucho más que una carrera.
La Pierra, como la conocen los aficionados, es única. Es la mezcla perfecta de competición, fatiga, entusiasmo y ambiente festivo. Miles de espectadores acuden cada año a la pequeña localidad de Arêches para vivir, junto con los campeones del esquí de montaña, un acontecimiento que es mucho más que una carrera.
LA HISTORIA
Empezó como un reto, una apuesta de un grupo de amigos. Así nació la Pierra Menta en 1985, definida por los propios creadores como un «Dakar sobre la nieve». Una idea un tanto descabellada que, con el paso de los meses, se materializa en un recorrido que ya se ha convertido en icónico, tocando 15 cumbres de entre 2000 y 2687 metros de altitud, con duras subidas y vertiginosas bajadas. En marzo de 1986, todo estaba listo para la primera edición en la que participaron 15 equipos, todos franceses. A partir de ese momento, la historia de la Pierra Menta se enriqueció con aventuras, desafíos y anécdotas que la convirtieron rápidamente en una leyenda. Los números crecieron rápidamente, hasta el punto de que en 2006, 20 años después de su creación, habían 175 equipos inscritos y más de 4 000 personas que subían a la cima para disfrutar del espectáculo. Mientras tanto, ocurrieron muchas cosas, nacieron leyendas del esquí de montaña y se celebraron los éxitos de los héroes de la Pierra, como Fabio Meraldi, que llegaría a ganar la carrera en doce ocasiones. Pero también de Kilian Jornet y de los deportistas del Centro Deportivo del Ejército Italiano, como Matteo Eydallin y Damiano Lenzi.
La Pierra Menta es una carrera dura, no sólo por los desniveles y el carácter técnico del recorrido, sino sobre todo por la dureza del entorno de alta montaña en el que se desarrolla. Esto quedó demostrado en 2023 cuando, por primera vez en su historia, los organizadores se vieron obligados a modificar el recorrido y a anular, posteriormente, la última etapa. Un apagón total, una tormenta de nieve y granizo, y vientos de más de 100 kilómetros por hora fueron los elementos que llevaron a tomar esta decisión. Los mismos elementos que no detuvieron a los miles de aficionados que, desde hace más de treinta años, se ponen los esquís con las primeras luces del amanecer y suben a las montañas para animar a los campeones con cencerros, acordeones, trompetas y campanas, en un ritual casi sagrado que se repite cada año en el mes de marzo.
La Pierra Menta es una carrera dura, no sólo por los desniveles y el carácter técnico del recorrido, sino sobre todo por la dureza del entorno de alta montaña en el que se desarrolla. Esto quedó demostrado en 2023 cuando, por primera vez en su historia, los organizadores se vieron obligados a modificar el recorrido y a anular, posteriormente, la última etapa. Un apagón total, una tormenta de nieve y granizo, y vientos de más de 100 kilómetros por hora fueron los elementos que llevaron a tomar esta decisión. Los mismos elementos que no detuvieron a los miles de aficionados que, desde hace más de treinta años, se ponen los esquís con las primeras luces del amanecer y suben a las montañas para animar a los campeones con cencerros, acordeones, trompetas y campanas, en un ritual casi sagrado que se repite cada año en el mes de marzo.
